Lunes Santo: el perfume de Betania

En la casa de Lázaro, María unge los pies de Jesús y toda la casa perfumada del olor de la unción, del olor de la bendición: ¿a qué huele nuestra vida de confinamiento?




La escena que vamos a leer de Jn 12,1-11 invita hacer una contemplación en clave ignaciana:
1.- Composición de lugar: ver la estancia y las personas con máximo  detalle, con la imaginación….
2.- Aplicación de sentidos: *Primero con la vista:
-mirar las personas.
-ver lo que hacen.
-oír lo que dicen……
-Para sacar algún provecho.
-oler el perfume... puede ayudar en la sala donde vaya hacer la contemplación perfumarla.

El salmo 27 (26) : “El Señor es mi luz y mi salvación”, puede ayudarnos como oración vocal, durante el día. Se nos pregunta si vivimos de la forma en que Jesús vivió: ¿A qué tenemos miedo? ¿Es el Señor la defensa de nuestra vida? ¿Confiamos en esta situación de aislamiento, del Señor?....¿Esperamos en el Señor con coraje y Esperanza?¿Esperamos en el Señor y colaboramos para que venga en nuestro tiempo, en nuestra situación?.

El pasaje del evangelio de Juan es una continuación de la vuelta a la vida de Lázaro por parte de Jesús. Jesús ha ido a visitar a sus amigos y éstos deciden agasajarlo con una comida. Marta hace servidora-discípula, como señal de agradecimiento. María por su parte decide hacer un ritual. Coge un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo…La Comunidad de Jesús está dividida, uno Judas no está de acuerdo con el derroche que está haciendo María, el valor del perfume le interesa más que el gesto…Jesús proclama que ella está haciendo un acto de amor, de misericordia, está preparando para la sepultura…

Merton dice: “misericordia en la misericordia..”

Santa Teresa compuso una sencilla oración: ”¡Cristo no tiene ahora en la tierra más cuerpo que el tuyo, ni tiene más manos que las tuyas. Tuyos son los ojos con los que debe mirar con compasión al mundo. Tuyos son los pies sobre los que caminar haciendo el bien. Tuyas son las manos con las que ha de bendecir a los demás ahora..”

Pedro Casaldáliga, escribió: “Planta tus huellas de peregrino/ como  besos de valiente solidaridad/ sobre la carne de la madre Tierra./ Fija tus ojos,  cálidos con el ocaso,/ como lágrimas de aceite/ que brillan universal del  tiempo…Maldita la cruz que no puede ser la Cruz/ Asegurate de que la gracia y  la ternura llenen de vino nuevo tu vasija de barro.. "

Por otro lado una voz del pasado Santa Brígida de Irlanda expresó: "¡Quisiera ser como un gran lago de cerveza para beber de él por toda la  eternidad/ Quisiera ser como comidas exquisitas de fe y pura piedad/ Quisiera ser como instrumento de penitencia en mi casa;/quisiera ser como los santos de cielo en mi casa,/quisiera ser como vasos de caridad para ser distribuidos/quisiera que bebieran con alegría. /Quisiera que Jesús estuviera allí entre ellos/ Quisiera que las tres ilustres Marías estuvieran con nosotros/Quisiera que los santos del cielo, los pobres , acudieron de todas partes para reunirse entorno o a nosotros” 

Procuremos a lo largo del día tener presente a, los familiares todos aquellos que han muerto solos y serán incinerados, solidaricémonos en el dolor. Pero también si vivimos en familia seamos buen olor de Cristo, teniendo gestos de cariño. 


«Nullum in illo temporalem odorem quaesiuimus: perfudit eum quaedam mulier pretiosissimo ungüento, domus illa odore completa est: sed nos ibi non fuimus; ecce non olfecimus, et credidimus». S. Agustín (2 Cor 2,14-16).



Para profundizar: Lunes Santo

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