Catequesis de Cuaresma con la Fundación Jesús Abandonado.
En Jesuitas Murcia, estamos muy contentos de haber recibido la visita de Ana Caballero y Antonio Valiente, de la Fundación Jesús Abandonado.
Ellos, desde la iniciativa "Escuela amiga", han hablado con nuestros jóvenes sobre el sinhogarismo.
Convocados por sus catequistas en el Salón Arrupe del Edificio Fontanar, los catecúmenos de 1º y 2º acudieron a esta amena charla.
Conocer la realidad de esas personas con las que nos cruzamos a diario y que viven en la calle, en los cajeros y que nos piden monedas. Reconocer que detrás de todos esos adjetivos con los que solemos etiquetarlos, siempre hay una persona que un día empezó un camino de autodestrucción. Conocer todos los servicios que les proporciona la fundación y saber que, si quieren, allí siempre tienen comida caliente, cama, aseo, ropa... Saber diferenciar entre la llamada de nuestra conciencia o la necesidad del prójimo cuando nos piden limosna y saber que podemos dar esa limosna, de forma más efectiva, siendo voluntarios.
Tenemos que agradecer y felicitar, a partes iguales, a Antonio Valiente, usuario de la Fundación, que sorprendió a todos al ofrecernos su testimonio de vida. Ese chico bien vestido y agradable que se nos presentaba, hasta hacía poco también había sido un sin techo más en las calles de Murcia.
La sinceridad de Antonio y sus consejos, se hicieron con la atención de los chicos que participaron de forma masiva haciéndole preguntas sobre cómo una persona, que un día es alguien normal, puede destruir su dignidad hasta convertirse en un marginado social.
El tema de los abusos de alcohol y drogas es una preocupación presente en la vida de los jóvenes. Los catequistas valoraron muy positivamente que los chicos tuvieran esta oportunidad para conocer cómo son de destructivas, a través del testimonio de Antonio. Él les aconsejó, les habló de superación y les pidió que nunca accedieran a jugar con las drogas. Tenemos muchos recursos para no hacerlo y uno de ellos es el amor de nuestra familia. ¿Cuántos de vosotros dáis un beso a vuestros padres cuando os vais o cuando llegáis a casa?, preguntaba Antonio.
La mejor manera de enfrentar un problema es conocerlo. Por eso fuimos invitados a visitar el centro que la Fundación tiene en la carretera de Santa Catalina, a ser voluntarios por un día, por un fin de semana, por unas horas al mes. Cualquiera que se plantee empezar a destruir su dignidad, debería primero ser voluntario de Jesús Abandonado, nos dijeron.
Y ese será nuestro compromiso nacido de esta Cuaresma. Ahí queda sembrado. Pronto les visitaremos junto a nuestros catecúmenos y las familias que quieran acompañarnos. Desde las catequesis del Centro Loyola, queremos trasmitir que dar limosna es más que dar unas monedas que sólo acallan nuestra conciencia. Y que siempre podemos poner nuestro pequeño granito de arena que cambia el mundo.
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