Comentario del Evangelio
Domingo, 02 oct 22
sentir y gustar
Por eso, también los que nos llamamos «cristianos» nos hemos de preguntar:
¿Somos realmente creyentes? ¿Es Dios quien dirige nuestra vida?” (J.A. Pagola)
Del evangelio según san Lucas (17,5-10):
En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
> Comentario
“Auméntanos la fe”. Jesús al no responder a la petición de aumentarles la fe, les indica que la pregunta no está bien hecha. La fe-confianza no puede crecer o disminuir desde fuera. No es poner la confianza ni en las buenas obras ni en el cumplimiento de la Ley. Eso sería fariseísmo, una salvación por puntos.
“Si tuvierais fe como un granito de mostaza.” La fe nos introduce en la dimensión más profunda de lo humano. Muchos hombres y mujeres cristianos, movidos por la fe, han sido capaces de hacer de la vida ordinaria algo extraordinario. No se trata de esperar que Dios pueda librarnos de nuestras limitaciones sino de tomar conciencia de que con ellas podemos encontrar plenitud humana. No es lo mismo vivir “desde” las heridas o vivir “con” las heridas. Es descubrir mi propio ser y también el ser de los demás. Es mirar la Vida más allá de los límites de la vida. De este modo, lo que es pequeño y modesto se transforma en una realidad que hace fermentar a toda la masa.
“Somos siervos inútiles…” Estamos invitados a desplegar lo mejor de nosotros conectados con Dios. Y los logros que podamos obtener por la fuerza de la fe no son para enorgullecernos. Tanto la fe como los logros son don de Dios. Es Dios quien obra en nosotros. Reconocimiento sí, orgullo nunca.
LZ
CONSIDERA la fuerza de la fe en tu vida.