Más allá de las cifras


Lunes de la quinta de pascua: “Más allá de las cifras”
“Si alguien me ama...” ¡He aquí la originalidad de los cristianos! Ser
discípulo significa, ante todo, referirse a otro, sentir la fascinación
producida por el hecho de que Dios hace todo lo posible por hacernos
compartir su vida, llegando al extremo de dejarse clavar en un madero”.
Hechos de las Apóstoles 14, 5-18: Estamos de nuevo ante un
episodio de curación que continúa el paralelismo entre los hechos de
Pedro y los de Pablo (la referencia a la curación del paralítico en la puerta
Hermosa es evidente).
La reacción del público, en cambio, es nueva: Mientras la reacción
normal a un milagro entre los judíos era la de dar gloria a Dios (cf 4,21),
aquí, entre los paganos, se da gloria a los hombres. Había una antigua
leyenda, ambientada en un pueblo no alejado de Listra, referente a
Filemón y Baucids, dos agricultores que dieron hospitalidad a Zeus y a
Hermes. Esta leyenda, recogida por Ovidio, debía de ser muy conocida por
los habitantes de la región.
Los honores tributados a los dos personajes estaban dictados también por
la preocupación de no caer en el duro castigo que propiciaron los dioses a
los que no los acogieron. Hermes era venerado además con dios de la
salud, y Pablo había curado al paralítico. Había, por tanto, más de un
motivo para honrar como es debido a los dos extraordinarios personajes.
El Salmo 113 es una composición informe que ha tomado sus
versículos de otros salmos. Los vv. 2-8 ponen de relieve la polémica
anti-idólatra, el v. 15 es una bendición sacerdotal.
Jn 14, 21-26: El centro de interés del fragmento es la
autorrevelación de Jesús, solicitada por una pregunta ulterior del apóstol
Judas de Santiago. El Maestro había anunciado precedentemente a los
discípulos que ya se había manifestado a ellos, aunque de un modo
espiritual. Sin embargo, esas palabras no habían sido comprendidas por
los suyos, que pensaban en una manifestación gloriosa y mesiánica
delante de todos.
Jesús se sirve de la pregunta del apóstol (v. 22) para plantear de nuevo el
tema de la presencia de Dios en la vida del creyente (v. 23). Sólo quien
ama está en condiciones de observar la Palabra de Jesús y de acoger su
manifestación espiritual e interior. Y quien ama está en condiciones de
observar la Palabra de Jesús y de acoger su manifestación espiritual e
interior. Y quien observa esta Palabra (=los mandamientos) será amado
por él y por el Padre. Más aún, quien muere por amor a Jesús recibirá en
su propia intimidad la presencia del mismo: Jesús habitará en su corazón
junto con el Padre y el Espíritu. Esta manifestación del Señor es espiritual.
Se identifica con la presencia de Cristo en el alma de quien vive de manera
conforme a su Palabra.
ORACIÓN: OTRO LOCO COMO TÚ.
Señor, dame tu amor, que me haga perder mi “prudencia” humana
y me impulse a arriesgarme, a dar el salto, como san Pedro, para ir a Ti:
que no me hundiré mientras confié en Ti.
No quisiera oír: “Hombre de poca fe”; ¿por qué dudaste? Cuántos
motivos teológicos, ascéticos, de prudencia humana, se levantan en mi
espíritu y tratan de demostrarme” bajo aquello que Tú me inspiras y pides
es imprudente: una locura.
¡Tú Señor, según eso fuiste” el más loco de los hombres”, pues
inventaste esa insensatez de la cruz!
¡Oh, Señor!, enséñame que esa insensatez es tu prudencia, y dame
tal amor a tu persona para que sea yo también otro loco como tú! (Pedro
ARRUPE).

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