MEMORIA 3º TRIMESTRE. ESCUELA DE ORACION S. JOSE MARIA RUBIO.
MEMORIA 3º TRIMESTRE CURSO 2015-2016
ESCUELA DE ORACION S. JOSE MARIA RUBIO
CENTRO LOYOLA DE MURCIA
Comenzamos el tercer trimestre zambulléndonos de pleno en la Pascua,
dedicando cuatro sesiones a orarla y trasladarla a nuestra realidad más
concreta: ¿Es posible creer y vivir el mensaje de la Pascua en una
sociedad como la nuestra?, ¿hay esperanza en medio de tanto temor,
incertidumbre, decepción?. Pues sí, es precisamente viviendo la Cruz
cuando surge la Resurrección, es viviendo ese deseo confiado del Reino
de Dios cuando surge la Esperanza, es cuando no confundimos fracaso con
fragilidad, sino cuando la reconocemos, trascendemos y reconciliamos
cuando surge un horizonte de posibilidades y oportunidades, la esperanza
aflora dentro de cada uno de nosotros y se hace patente la paz,
presencia viva de Cristo Resucitado, es entonces cuando nuestra vida
crece y camina permanentemente hacia un cielo nuevo y una tierra nueva.
Así, la esperanza es un utopía alcanzable al estar amenazados de
Resurrección y no de muerte, porque Dios no es puramente “el que
cumplirá”, sino “el que ya ha cumplido”.
Acabamos la Pascua con
un Retiro de Pentecostés, que desde la Escuela de Oración se ofrece a
los demás miembros del Centro Loyola, con participación de unas 70
personas repartidas en los dos turnos de la Escuela. Así, después de una
magnífica exposición de nuestro consiliario, el P. Justo Prieto,
pasamos a la oración personal eligiendo entre dos textos bíblicos: Ez.
37,1-14 (el pasaje de los huesos rotos) y Jn. 20,19-23 (Jesús
resucitado, en medio de los Apóstoles, exhala su Espíritu). A la luz de
estos textos iluminamos “momentos estelares” de nuestra vida, momentos
en los que el Espíritu haya irrumpido de forma volcánica para
recomponernos y vivificarnos.
Fuera ya del tiempo pascual, pero
como con ganas de seguir saboreándolo, dedicamos una sesión a la
Santísima Trinidad y otra al Corazón de Jesús. Así, después de una
exposición magistral por parte del P. Justo, de lo que ha sido la
evolución del dogma de la Santísima Trinidad a lo largo de la historia
de la cristiandad, pasamos a orarlo, pues es solo gustándolo y no
entendiéndolo, como se puede vivir esta Comunión Fraterna de Vida y
Amor. Y no podía faltar en un centro de la Compañía de Jesús, máxime
cuando desde este Centro se organiza todos los años una marcha
multitudinaria al Corazón de Jesús de Monteagudo, en nuestro municipio
de Murcia, Corazón de Jesús que prende y enciende las almas de tantos
murcianos.
Y terminamos el curso sumándonos a la conmemoración del I Centenario de la muerte de Charles de Foucauld, apóstol del diálogo
interreligioso cristiano-musulmán, orando textos que iluminen nuestro quehacer diario en nuestro Nazaret particular.
Por último, hicimos una valoración personal del curso y la compartimos
en grupos pequeños, siendo esta valoración enormemente positiva. Así, el
grupo nos supone un verdadero crecimiento en nuestra vida personal,
familiar, social y eclesial. El grupo lo hacemos entre todos y nos
resulta fundamental para compartir la vida de oración entre personas que
siendo distintas nos enriquecemos mutuamente en nuestra fe. La oración
compartida en el grupo nos abre a la escucha del testimonio sincero y
auténtico del otro, estableciéndose entre nosotros un vínculo de amistad
y unión. Gracias a la Escuela, potenciamos la oración personal,
descubriendo su silencio fecundo y enriquecedor, y haciendo del esquema
ignaciano nuestro modo de orar. De esta manera, el grupo nos hace crecer
en nuestra vida espiritual y supone un gran cambio a nivel personal
haciéndonos más libres, alegres, empáticos, generosos, aumenta nuestra
autoestima y filiación con Dios, sintiendo su infinita Misericordia y
ésto se refleja viviendo más el día a día con nuestras familias, en
nuestra relación con los nuestros y en la ayuda a los más necesitados.
El trabajo espiritual en grupo nos hace posicionarnos frente al mundo
testimoniando a Jesús con más valentía, con gran deseo de trascender
nuestro crecimiento personal a los demás, es una forma de estar en el
mundo con gran ayuda. El grupo nos hace sentirnos parte de una Iglesia
universal, cuya cabeza, el Papa, es fiel reflejo de Jesús. El grupo, y
gracias al inestimable trabajo del P. Justo, es un lugar de aprendizaje,
de formación, de replanteamiento y actualización de nuestras creencias
más profundas.
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