II Jornadas de Pastoral de Familia de la Provincia de España.


¡Vámonos a Salamanca! nos dijimos cuando leímos el correo. Se convocaba la II Jornada de Pastoral de Familia de la Provincia SJ de España, nuestra comunidad nos había ofrecido la posibilidad de ir en nombre de la Comunidad de Matrimonios del Centro Loyola de Murcia, al que pertenecemos... pero teníamos el hándicap de tener que viajar con nuestros hijos. Ya habíamos desestimado la posibilidad de ir por esa misma razón: dos veces nos habíamos planteado la ingeniería de viajar y dos veces el viaje no salió. Y en el último momento llegó un correo que nos brindó la acogida de los pequeños de la familia. ¡Sí, vamos!

Todavía la mañana del viaje, cuando ya nos poníamos en marcha, nos reíamos de ver cómo "allí arriba" habían conspirado para que ese fin de semana pudiéramos estar en Salamanca. Los problemas, los muros insalvables y las pequeñas decepciones por no poder asistir, se diluyeron para dar paso a la alegría de lo que iba a venir. 

Poco sabíamos de lo que íbamos a encontrar. No sabíamos de nadie conocido ni desconocido que tuviera intención de ir. Los niños preguntaban sobre qué menú ibamos a tener, si habrían más niños y de qué edades, de dónde serían y con quién iban a estar o qué iban a hacer... 
Dejad que todo fluya. Dejad que os sorprendan. Acoged lo nuevo que conoceréis. 
Eso sí, hicimos un pacto... ellos se quedarían la habitación que tuviera la tele. Bueno, los mayores jugábamos con ventaja porque esa fue la primera sorpresa de los pequeños al llegar: han aprendido que en una Casa de Espiritualidad Jesuita, no hay teles en las habitaciones. De hecho, no hemos visto un televisor en todo el fin de semana en ningún sitio, ni falta que ha hecho. Nuestros hijos nunca pensaron que ni repararían en que la televisión se había inventado.
El viaje era largo, había que cruzar casi toda España. Qué gran oportunidad de ver paisajes nuevos, de repasar los ríos, las provincias y las ciudades aprendidas en las clases de Geografía. Aprender Historia o saber descifrar mapas y orientarse o recordar pasajes y personajes del Quijote. 
"Mamá haz una foto de los molinos y los castillos, que se los voy a enviar a mis amigos de Japón".
 ...esos molinos que nos recuerdan los miedos que nos atenazan y nos bloquean, esas murallas que defienden nuestros corazones de todo ataque hostil. 
¿Quién habita tu interior? ¿A qué le tienes miedo?
 
Llegar con tiempo a Salamanca y visitar los lugares de la Madre Cándida, fundadora de las Hijas de Jesús. Recibir todo el cariño y la acogida de las Jesuitinas, congregación que dirigía el colegio de los peques. O pasear por el centro de la ciudad descubriendo el pasado y el presente.




 Hora de llegar "a casa" y conocer a nuestra familia.
El sábado amanecimos 63 personas en el CES Salamanca, dispuestas a trabajar por el Reino y las familias... de los cuales 6 eran niños... de los cuales 1 era un bebé de mes y medio.
Preciosa familia.
Entre todos, representábamos a 14 PALes y 19 o 20 localidades distintas. Esa diversidad, como nos dijo Pedro Mendoza SJ, era nuestra riqueza. 
Había llegado el momento de recoger el reto que la jornada de 2015 había planteado y reflexionar juntos sobre la familia en la Iglesia, a la luz de la exhortación Amoris Laetitia. Para ello, íbamos a conocer de primera mano qué nos pide la Iglesia en este momento Kayrótico que estamos viviendo, para el acompañamiento a TODA familia. 
Pablo Guerrero SJ, reflexionó sobre la Exhortación y nos invitó a mirar donde ya habíamos mirado, a ver de otra manera, desde otra perspectiva.
La presentación de Pablo Guerrero, nos dejó varios apuntes dignos de guardar y gustar en los ecos que van produciendo a lo largo de los días: 
1- Las grandes cosas se deciden 1 o 2 veces en la vida, las importantes se hacen cada día.
2- Por muy herida que esté una familia, puede crecer gracias al amor (Amoris Laetitia 53, 221, 197)
3- Toda realidad (relación de AMOR), está habitada por Dios. Chardin -Misa sobre el mundo-.
Después, nos planteó tres preguntas para el posterior trabajo por grupos, comenzando por volver a mirar eso que cada uno hacemos en las obras en las que trabajamos. ¿Qué hago por las familias que están en las "cunetas de la doctrina"?. Cómo pongo luz, cómo ilumino con el Evangelio los problemas para que nuestra Fe mire hacia delante...
Quizá deberíamos plantearnos una pedagogía de la escucha, una nueva pedagogía de la mirada que nos ayude a afrontar diferentes situaciones sin miedo. Porque el olvido, el no mirar, sólo consigue esconder esas situaciones que no somos capaces de ver.
Aprende a mirar lo que ya miraste... y trata de ver lo que aún no viste. En lo oído sobre el sínodo y la Amoris Laetitia, ¿Hay alguna llamada para ti en lo que se refiere a la pedagogía de la escucha y la pedagogía de la mirada?
El Papa nos habla de AMOR en una exhortación que tiene mucho de la experiencia pastoral de quien la escribe: el Padre Jorge, el Cardenal Bergoglio... el Papa Francisco. Nos habla de la experiencia más importante de la persona, de historias concretas, nos habla de un Padre que nos ama.
El camino de la Iglesia es no condenar a nadie para siempre (AL 279), por lo que el Papa nos anima a plantear una formación más adecuada a pastores y acompañantes: "sacerdotes o laicos preparados y con sensibilidad" . ¿Cuál es el criterio de realidad para valorar las relaciones afectivas?                                                        
Por lo tanto... ¿Qué llamadas personales o comunitarias se me presentan para el trabajo pastoral con familias?. 
Y con esas cuestiones, nos enviaron en oración a trabajar y volver a mirar con luz nueva, todo aquello que ya habíamos mirado. Todo aquello que ya habíamos oído.           

Por la tarde, Dolores López Guzmán, filóloga y doctora en Teología, nos habló del "Arte de acompañar a la pareja y a la familia". 
Dolores nos presentó el acompañamiento desde la concepción oriental de camino que evoluciona y, al acompañante, como el maestro. Acompañar, de forma positiva es alquien que "está con", que forma parte de la vida del otro, que está vivo en la vida del otro. 
El acompañamiento no es algo nuevo, si no que hunde sus raíces en el mismo Dios, desde el Génesis cuando nos responde: "Yo soy el que está contigo". El buen padre Dios es nuestro referente e inspiración para el acompañamiento.
Los rasgos de ese acompañamiento divino, lo describen como permanente y fiel: "Todos los días, hasta el fin del mundo". También presente en situaciones de dolor extremo o de pecado:" ...y renueva y recrea todas las cosas". Tiene una firmeza y autoridad sanadora: "pero yo os digo...". Respeta nuestra libertad, aunque siempre sea firme en sus mandatos.
Acompañar es ser bastón, punto de apoyo que busca el equilibrio en la asimetría. Es buscar la belleza en lo que parece torcido, mediante el CONOCIMIENTO del corazón del otro, la AYUDA y escucha activa de sus problemas, el ALIENTO al otro diciéndole que siempre es posible crecer en un amor mayor que el que experimenta en ese momento concreto.
Tras una pausa en la que todos los participantes, ya familia, pudimos charlar e intercambiar experiencias, nos dimos cuenta de que nuestros hijos, presentes en las jornadas, ya habían hecho una piña y funcionaban "por libre". Se movían por la casa a su aire, dentro de las actividades que se les proponían y aparecían sólo "al olor de la comida". 
Los talleres de la tarde nos distribuían en temas surgidos de los planteamientos de las primeras jornadas: acompañar en los colegios a los padres, el acompañamiento a la pareja, a la familia, el acompañamiento en las rupturas y en el duelo y la pérdida, el acompañamiento en la vivencia y en la trasmisión de la fe y el discernimiento vocacional y por último, el acompañamiento a parejas de hecho y otras parejas. 
De lo trabajado en este tiempo, surgió una dinámica que resolvimos al día siguiente y que se puede observar al final de este post.
 El domingo comenzó con una oración y la presentación de Alberto Ares SJ, del Plan de Familia que ha realizado el sector social de la Compañía. 
Dicho plan, es una Guía de buenas prácticas sobre tres prioridades de necesidad en las familias: las migraciones, la cooperación internacional y los menores y jóvenes en riesgo de exclusión social.
Dichas guías (4) estarán pronto disponibles en la web de Jesuitas Social.

Y llegó el momento de traducir a la práctica todo lo que habíamos hablado y pensado hasta el momento. Para ello Fernando Vidal nos propuso una dinámica muy efectiva que rápidamente nos movilizó: la escalera de Jacob. 
Con la mañana fría y desapacible de Salamanca, nos sacó al jardín sin previo aviso. Todos salimos de la comodidad y el calor de la Sala Arrupe, para pensar en esas familias que están en las periferias pasando frío e incomodidades sin ser arropadas. 
Rápido. 
Piensa. 
Estás pasando frío. 
Tienes que encontrar soluciones. 
De esta manera fuimos concretando aquellas ideas teóricas que habíamos consensuado el día anterior en estrategias tangibles y posibles de llevar a la práctica. Fue muy divertido y enriquecedor. 
Sobre estas líneas de trabajo, de los retos que surgieron de esta experiencia, se seguirá trabajando para llevar a la práctica aquellas soluciones que a los participantes de las jornadas nos pareció que respondían a factores multiplicadores, de urgencia, de competencia o simplemente de justicia, por no haber nadie trabajando en ellos. 
Agradecer a la Revista Manresa el número especial sobre familia que nos permitirá ahondar en todo lo vivido durante este fin de semana en Salamanca. Agradecer a Pedro Mendoza SJ y al Secretariado de Familias la estupenda organización de la Jornada.
Y agradecer al Padre Provincial sus palabras en la clausura y durante la homilía en la eucaristía de despedida.

Volvemos a casa. Pero volvemos con los corazones repletos y los brazos abiertos. Volvemos sabiendo que debemos volver a mirar y volver a escuchar, aunque ya sabíamos hacerlo y quizá ya lo habíamos hecho. Que ese volver a mirar hay que hacerlo con ternura, con amor, sabedores de que el Padre es misericordia y nosotros no podemos ser, aún en nuestra finitud, jueces. 
Y volvemos con el corazón puesto en un nuevo encuentro para Octubre de este año. Todos, (y los niños los primeros), hemos reservado fecha en el calendario. Estás invitado.
Gracias familia, nos vemos pronto...

con el corazón en la mano, 
con las manos en la masa, 
con el oído atento,
con la voz afinada,
con la mirada puesta en el cielo,
con los pies en la tierra, 
con los brazos abiertos...

Montse Martí. 
Centro Loyola. Comunidad de matrimonios. 

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